CREPES Y SENSACIONES

Creo que finalmente voy a cambiar el blog de nicho y pasarlo al de psicología. Dejando a un lado el hecho de la dificultad para escribir algo decente, últimamente me encuentro fantásticamente escribiendo de sentimientos y sensaciones. Aunque alguno en su blog ya lo dice en su título. Pongan el ejemplo de Joaquín Benito «COCINAR ES UN SENTIMIENTO» y, si cocinar de verdad que lo es, comer no se queda atrás. Sobre todo cuando probamos platos tan sobresalientes como los crepes de la Bretonne.


Crepes que más que comerlos se disfrutan. Tan buenos que hasta me atreví a hincarle el diente sin relleno, en esa esquina que siempre queda tan triste. Donde no llega la salsa de mantequilla y caramelo, la compota de manzana o el helado de vainilla. Esa esquina que, a priori, a nadie se le ocurriría tomar así, en seco. 


Pero para mi sorpresa, esa esquina solitaria, estaba como para no estar sola. Sabor intenso a Mantequilla, sabor a Francia. Mejor que muchas en París. Tan rica que volví a probarla sin nada, porque algo tan poco vistoso no podía estar tan bueno. Tenía que comprobar en «largo recorrido » ese sabor que me dejó tan asombrado.

A esto le sumamos la fantástica zona de niños que no desentona con el resto del local.




Y, puede que me equivoque, pero le llego a encontrar una similitud con aquellos cafés que tanto de moda se pusieron en Vigo a finales de los 90. Cafés combinados, parchís y unas risas los sábados o domingos por la tarde. 


En definitiva, un sitio agradable para ir con los peques o sin ellos y disfrutar de unos crepes más que ricos. Repito seguro.


986 13 68 75

Saludos mis comilones.



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