He cambiado la foto del perfil, es algo que me conmociona, que sugiere cambios. Es algo que me dice: «Chaval, ponte las pilas porque hay gente ahí fuera que espera algo más de tí».
La foto ya me gustó cuando la hice, es de hace poco, de nuestra visita al Maruja Limón y sabía que algún día sería foto de perfil, aunque no sabía cuando y ese cuando ha llegado. Quizá sea hora de ponerme en serio a darle al `coco´ y darle un rumbo a este blog, que es algo que también llevo pensando desde que empecé a escribir. En definir más las publicaciones.
He cambiado la foto del perfil, es algo que no se hace todos los días. No se si debería publicar más sobre cocina, aunque sin que llegue a ser un blog.de recetas, hay muchos y muy buenos. Y seguir describiendo los sitios a los que voy a comer ídem de ídem. O las dos cosas.
He cambiado la foto del perfil, será el otoño. El dejar atrás los días largos de planes al aire libre. Del olor a mar y a crema solar. Quizá sea una extraña melancolía por acercarnos al invierno. Aunque el invierno tiene su punto. Me encantan las fechas navideñas sin lluvia y los adornos en las calles. En un café a media tarde o al principio de la noche (según se mire).
Un cambio de foto de perfil que al final, no tiene que suponer ningún cambio traumático. Nada más que para los que me seguís y os aparece en mis publicaciones una foto a la que no estáis acostumbrados.
En fin, no se si algo va a cambiar. Lo que sé seguro es que mi foto de perfil ya no es la misma. Y yo seguramente tampoco.