Sumérgete en el mar, en la tierra y en una Galicia que te envuelve con sus olores y sabores. Saborea el otoño Atlántico y disfruta de su sabor a mar y a la humedad de su tierra. Porque en Casa Solla se fusionan, en muchos de sus platos, la elegancia del mar y la fuerza del interior o viceversa.
Solo Pepe Solla es capaz de hacer que se te meta la humedad del otoño en las espinas. Sus platos, emulando a una Galicia al completo, costa e interior. Navaja, anguila, grelos, raxo…y capaz de atreverse a emplatar juntos el bogavante y el morro de cerdo. Un menú que huele a Galicia, sabe a Galicia y te deja aletargado en un pensamiento hondo, más allá de la propia comida.
Puede que tenga algo que ver (o todo) el hecho que sus proveedores sean artistas del campo y el mar, productores que miman lo que hacen y miman el producto desde el principio. Hacen de su trabajo un arte y una vocación, algo con lo que disfrutan y desde luego hacen disfrutar.
David Sueiro en Vila de cruces y sus pollos, Daniel Cochon en Santiago con sus terneros, Roberto Rodríguez en el puerto de Ribeira y su pesca artesanal o Antonio y Oscar en el de Cambados con sus mariscos y bateas. Alfonso López en Lalín con sus cerdos, Santi Pérez en Teo añadiendo cariño a la huerta y la lamprea de Xosé Camiña en As Neves. El pan de Manuel Barreiro en Marcón e incluso las piezas de vajilla de los alfareros Suso Dobao y Vero Perez en Cangas. Todos ellos aportan la excelencia al producto y Pepe Solla pone la magia que une todos esos ingredientes y nos transmitan ese amor por ‘a terriña’. Seguramente algo diferente en cada boca, no podría ser de otra manera, pero de lo que sí estamos seguros es de la enorme cantidad de amor que aporta cada bocado. Es el amor de muchísimas personas concentradas en un plato.
Para sumergirse de lleno en la cocina de Casa Solla.
El menú comienza con un aperitivo y un juego que no voy a desvelar, para seguir con unos entrantes llenos de sabor, curiosidad y estética.
Palitos, tartar de pepino, aceituna negra rellena de queso, ostra lima-limón y mochi de marisco
Que sería de la Galicia caníbal sin el cerdo y los grelos… Una vuelta de tuerca a la preparación de la cacheira presentada como tapa de una sopa de grelos repleta de sabor.
Cacheira san choi bao y sopa de grelos
Sopa de grelos
Todo el sabor del mar y la tierra en el mismo plato.
Repollo, daikon encurtido, camarón y humo.
Otra de la virtudes de Casa Solla es darle valor a productos que carecen de el o bien lo han perdido con el paso del tiempo y las modas.
Coliflor y anguila de dos maneras.
Patata
Potente caldo de salazones bañando una navaja tierna y jugosa.
Navaja y caldo de salazones.
En este plato nos explica el propio Pepe Solla la importancia que tiene el trabajo de los productores para la cocina de Casa Solla. Un homenaje a los hombres del mar es este plato, en donde el protagonista es el producto, sin más. Con el único acompañante de un poco de sal.
Merluza
En la cocina de emplatado una ensalada de pollo, ajoblanco y mole.
Otro plato que fusiona el mar y la tierra. Bogavante y morro de cerdo, un matrimonio a priori imposible y finalmente condenado a quererse. Alucinante como se unen los sabores y se hacen uno solo.
Bogavante, morro de cerdo y capuchina.
Son muchos los viajes de Pepe Solla por el mundo, pero sin duda a donde más le gusta volver es a México y siempre se encuentran rasgos o ingredientes en muchos de sus platos, adoptándolos y transformándolos en gallegos. Aquí la filloa-fajita de raxo.
Preparación de la fajita.
Filloa-fajita de raxo ahumado.
Sopa cítrica de aromáticas.
Los postres no se quedan cortos, ligeros y sorprendentes.
Leche cuajada de cabra, calabaza y acedera.
4 manzanas y un palo de canela.
Como no podía ser de otra manera en una buena sobremesa gallega. Los quesos.
El carrito de quesos.
Los quesos.
Y para terminar, un picoteo de diferentes elaboraciones con chocolate.
Los chocolates. muesli, Ferrero de Santiago, almendras con chocolate blanco, piruletas con pistacho, trufas, avellana crocante
Una experiencia inolvidable en la que los protagonistas, además de los platos, son las personas que forman el equipo de Casa Solla. Un trato espectacular, una atención excelente y una calidez humana inimaginable.
La sobremesa con Pepe Solla.
Un equipo que, por desgracia para Solla, se queda sin su jefa de postres (Lara del Río) y su jefe de cocina (Jesús Crespo) que inician su proyecto personal en Corrubedo #restaurantebalieiros. Y desde estas lineas desearles la mayor de las suertes aunque poca falta les va a hacer, ya que disponen de dos cosas importantísimas para triunfar. Amor y trabajo.