Siempre es agradable pasar un día en la Coruña. Está vez, además de agradable, fue divertido. Me resulta curioso tener que ir hasta la ciudad herculina para probar un producto con la denominación «celta». Que paradójicas son las cosas a veces ¿verdad?.
El hecho de apetecerme desde hace tiempo pasar por la cocina de Chechu Rey y que las coincidencias al buscar un hotel para pasar una noche nos lleve al Tryp de Cuatro Caminos, muy cerquita (casi al lado) de La Cervecería de Estrella Galicia no puede ser casualidad. Coincidencias, destino o hambre hicieron que terminásemos entrando en este local espectacular, con una zona reservada para restauración en la parte superior, muy confortable y un servicio impecable.
Si bien es cierto que se había publicado en Facebook sobre las jornadas gastronómicas de Porco Celta en La cervecería, yo no me había enterado. Fuimos por curiosidad y cercanía, pero cuando nos ofrecieron el menú degustación de este producto tan nuestro (no por lo de celta, sino por gallego) no lo dudamos y nos dejamos caer en los brazos de una carne espectacular y unas preparaciones ideales, en todos sus formatos, con las que pudimos disfrutar todavía más de este Porco Celta coruñes.
Tosta de chicharrones y espuma de San Simón. Presentada como una tosta sin montar. Se puede comer perfectamente como la sirven o montándola a modo de tosta. Muy rica de las dos maneras.
Zorza de Porco Celta con huevo a la brasa y patata. El huevo cocinado a la brasa en la propia cazuela, con una zorza de esta carne espectacular. Sabor a zorza pero sin ser pesada o aburrida (el tiempo me da la razón y os digo que no repite). Riquísimo.
Solomillo de Porco Celta en tartar. Un tartar un poco papilla pero muy divertido de comer con un sabor muy intenso y rico.
Presa de Porco Celta, jugo de encurtidos y manzana asada. Comunión de sabores, todos remando en la misma dirección. Muy rico.
Secreto de Porco Celta a la brasa con puerro en mantequilla noissete. Sabor a brasa, carne suave y una grasa que se deshace en la boca. Un bocado excepcional.
Y para el postre un bizcocho Black coupage. Hecho con la cerveza negra de Estrella Galicia Black coupage. Una textura compacta. El sabor me recuerda a aquellos roscones que hacía mi abuela en el horno de piedra, que aunque no eran esponjosos, el sabor era único. Compacto pero no seco.
Aunque no somos mucho de cervecerías, hemos de reconocer que este sitio de La Coruña nos ha encantado. Un punto más a favor de esta fantástica ciudad y otra excusa para volver más a menudo.
Bebed con moderación mis comilones.