BAR PAMPIN, Santiago de Compostela





Sushi, ceviches, tacos, tiraditos, kebabs (fastfood),burguers o burritos. Estamos invadidos por una maravillosa mezcolanza gastronómica. Podríamos decir que somos «plurinómicos» o «gastroplurilaterales», pero la verdad es que es una maravilla poder disfrutar de tantos sabores distintos en tan diversas elaboraciones. 


El afán por ofrecer algo distinto sume a la gran mayoría en una coincidencia gastronómica. Esta «multicoincidencia» o «plurigualdad» (debería dejar de inventarme palabros)  también puede deberse a la falta de vista retrospectiva hacia los recetarios más antiguos y tradicionales.  


Empanada de berberechos.

Podemos perdernos en decoraciones para el local, buenas presentaciones, fabulosas bodegas con fantásticos vinos e incluso convencer a cuatro «guays» para que pongan tu restaurante, bar, tasca, taberna o lo que sea, en una moda dos punto cero, pero si en el plato no hay emociones, si en el plato no hay sensaciones, si en el plato no hay sabor, todo lo demás queda inerte y carente de sentido.
Puede colar que me pongas un cuenco con patatas de bolsa como si fuera «lo más top», pero un plato sin sabor no, por ahí no paso.


Paté de montaña.


Y sabor, precisamente,  no le falta al Bar Pampín. Es curioso encontrarse un bar rehabilitado en el que se ofrece una cocina auténtica, sorprendente y tradicional. Tan tradicional que resulta novedosa, quizá porque estamos acostumbrados, cuando nos hablan de cocina tradicional, a pensar en los platos de siempre, pero hay muchísimos otros que se nos pasan de largo y sin embargo están ahí, esperando a que alguien les eche un último vistazo para volver a sentir el calor de la cocina. 




Roast beef escabechado.


Y llegó Alén Tarrio dispuesto a  desempolvar esas viejas recetas casi olvidadas pero todavía llenas de sabor y dispuestas a ser redescubiertas. Un sabor con mayúsculas presente en todos los platos que hemos probado. Un buen hacer que hace pensar. 




Chocos, su tinta y huevo.


Pensar en que podemos innovar o reinventar pero siempre a partir de algo que ya estaba escrito con anterioridad. Actualizar, renombrar o redecorar, pero al final la receta madre ya estaba escrita.



Platos olvidados y no tan olvidados, recetas de antaño y sabor, mucho sabor es lo que ofrece este joven cocinero en su Bar Pampín de Santiago de Compostela.



Lentejas y foie.

En este blog, el aquí escribiente también se deja llevar por locales de fábula y fotos en las redes que llaman la atención, por eso me he llevado algún que otro chasco. La decepción más grande es cuando te encuentras un plato sin sabor, porque un plato sin sabor es un plato sin vida.


Croca y cama de patata.

Por eso, que esté escribiendo sobre un bar de barrio que todavía conserva el nombre original en la entrada  (o lo parece) solo tiene un porqué: el sabor de su cocina. Alén Tarrío pone empeño en desempolvar viejos recetarios y sorprendernos como si fueran platos nuevos por descubrir y eso es algo que se agradece. Sorprenderse con la vieja gastronomía es posible.






Descubrid viejos sabores mis comilones.





Alen en la puerta de su Bar Pampín.
Foto: 
https://www.facebook.com/PampinBarSantiago/
Pampín Bar
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981 11 67 84

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Horario: 13:30-15:30, 20:30-23:30
















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