MONFORTINO GastroPianoBar, Vigo

Son esas charlas que catalogarías entre «masterclass» y «de risas con los amigos» en las que seguro más aprendemos y más nos emocionamos. Querríamos que nunca se acabaran o poder repetirlas una y mil veces. Son esas personas desconocidas (en cuanto a lo personal, pero llevas mucho tiempo siguiendo en redes, ya me entiendes) las que se acercan, te hablan y te olvidas de ofrecerles una silla para que continúen hablando más cómodamente.

Y en esa conversación en la que quién se añadió fue ni más ni menos que Carlos Javier González (Restaurante Merenzao) no se me pasó por la cabeza que lo que realmente me gustaría preguntarle desde que me acerqué a la puerta de este nuevo proyecto en Vigo era el significado del logo de Monfortino Gastro Piano Bar.

Hay pocos logos que me puedan emocionar o al menos llegar a causar algún tipo de buena sensación (de malas hay unos cuantos). Fijaos en la imagen del principio de este post: un niño de pueblo (de buen pueblo) que subido a un escalón parece querer coger un globo que o se le escapó o que ve volar al alcance de su mano y quiere alcanzar (por la forma que tiene la mano puede que lleve algo para pincharlo, pero eso sería pensar en nuestros niños de hoy en día y este, por sus ropas, parece de la primera mitad del siglo pasado).

Detrás de cada proyecto casi siempre está la ilusión de un niño, una ilusión inocente que lleva a volcarse en cada detalle, en imaginar las sensaciones que va a conseguir en cada plato con cada comensal. Sensaciones e ilusiones que ese niño con boina representa fielmente. Y el globo, destacado en color, no será más que las ganas de jugar, de divertirse haciendo lo que más le gusta y por descontado, hacer que los vigueses nos divirtamos con él. Con el niño del globo.

Y así, en Monfortino gastro piano bar, lo único que debes hacer es dejarte llevar por las sensaciones, relajarte y disfrutar. Desde las diez de la mañana tienes un nuevo lugar donde reunirte (siguiendo las normas) y sentirte tan cómodo que no querrás irte nunca.

En esta ocasión hemos hecho una degustación de la carta de mediodía. Podemos destacar un amor incondicional por los guisos, por las salsas hechas lentamente para conseguir todo el potencial de los sabores. Podemos encontrar fusiones, aires de otras culturas y regresiones al pueblo de donde llegó ese niño corriendo detrás de su globo.

Focaccia de sardina ahumada, crema de Cebreiro y tomate agridulce

Tengo debilidad por la sardina, ese sabor tan intenso y único. En este plato el sabor protagonista, por su puesto, el ahumado de la sardina pero muy acertadamente acompañado por una crema suave de queso do Cebreiro, el puntito del tomate y una masa esponjosa y jugosa.

Dumplings de pulpo a la Mugardesa y salsa de cava y erizos

Un reto para este plato: ser capaz de distinguir los sabores por separado de cada uno de los productos mencionados en el encabezado. Casi imposible, porque lo que se consigue en este plato es un sabor único y armónico.

Gofre de estofado deshilachado y pico de gallo

Cuando amores y odios generan los platos con contrapuntos de dulce y salado a mí, personalmente, me encanta. En este caso nos encontramos tres matices distintos, lo salado de la carne, el dulce del gofre y los ácidos del pico de gallo. Un espectáculo en toda regla con un guiso lento en el que se consigue una carne tierna y con mucho sabor. ¿Podríamos estar hablando de una cochinita pibil sobre gofre? Las comparaciones siempre son odiosas.

Arroz negro de calamares, zamburiñas y katsoubushi con alioli

Cada vez más presente en muchos platos de la ciudad, el katsoubushi es un alimento de origen japones a partir de secar, fermentar y ahumar atún listado o bonito del que se sacan unas virutas que al contacto con el calor del plato se mueven como si cobrasen vida propia. Un plato riquísimo, equilibrando todos los sabores y un arroz perfecto. No te olvides de mezclarlo todo antes de servir.

Hamburguesa de Buey de Galicia en Brioche

Soy goloso por naturaleza y todo lo que meta en un pan brioche me va a gustar casi seguro, pero a esta hamburguesa de buey tampoco le hace falta ayuda de ningún tipo. Una carne excepcional, sabrosa y suave pero con un sabor potente. Muy bien acompañada por el queso cheddar, la lombarda y una salsa llamada muhammara. Riquisísimo.

Cheescake de cuchara

Un postre muy cremoso y con sabores tan suaves como el de la crema de queso y la fruta. De los que al terminar haces sonar el cristal con la cuchara.

Tarta de chocolate tibia, toffee salado y helado de avellanas

Tierno, jugoso y de chocolate nunca puede fallar. Un acierto total de Monfortino gastrobar contar con los helados de La Central Heladera.

Bica, crema de cebreiro y helado de frutos del bosque

Un trozo de bica ligeramente humedecida y que, acompañada, no desaparece del todo su sabor, si no que se entremezcla de forma sutil con el resto de los componentes del plato.

Buena cocina, buenos vinos, buena compañía y una buena atención hacen que un día normal se convierta en especial. Siempre tendremos algo que celebrar en Monfortino gastro piano bar.

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